miércoles, 20 de febrero de 2013

El Acuerdo de Ginebra, 47 años después


Tomado de analitica.com
Por Sadio Garavini di Turno 

Martes 19 de febrero de 2013.

El pasado domingo se cumplieron 47 años de ese 17 de febrero de 1966, en el cual Venezuela, Gran Bretaña y Guayana Británica, que con la independencia adquirió el nombre de Guyana*, firmaron el Acuerdo de Ginebra. A partir de esa fecha, la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo tiene como marco jurídico y político fundamental ese tratado.

En el artículo I del mismo leemos: “Se establece una Comisión Mixta con el encargo de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y Guayana Británica es nulo e irrito.” Oficialmente, Venezuela y Guyana mantienen dos interpretaciones mutuamente excluyentes del Acuerdo de Ginebra. Guyana sostiene que el objeto del Acuerdo es, en primer lugar, establecer la validez de la contención venezolana de que el Laudo es nulo e irrito. Se trataría, por tanto de una disputa esencialmente jurídica y los posibles resultados de la controversia así definida serían o el de la afirmación de la validez del Laudo y con ello el cese de la reclamación venezolana y la consiguiente consagración del “status quo” existente o el del reconocimiento de la nulidad del Laudo y con ello la apertura de un nuevo proceso de delimitación. Venezuela, por su parte, afirma que no tiene sentido proponer una solución “práctica y mutuamente satisfactoria” a una controversia estrictamente jurídica. Además una “Comisión Mixta es una institución puramente política y difícilmente podría esperarse de ella un dictamen jurídico, sobre todo siendo las partes mismas los miembros de la Comisión. De ser jurídico su mandato los Comisionados se verían en la insostenible posición de ser juez y parte. Negociar la validez o nulidad de un Laudo, más aún en una Comisión Mixta paritaria, es inconcebible. La razón jurídica no es negociable: se tiene o no se tiene. Y difícilmente se confiaría a negociadores diplomáticos la función de adjudicar derechos. Por lo tanto, para Venezuela el Acuerdo pone de lado el fraudulento Laudo de 1899 y su objeto es el arreglo práctico de la controversia, satisfactorio y aceptable para ambas partes.

Ahora bien, la reciente solicitud de Guyana de ampliar su plataforma continental, presentada en septiembre del 2011, ante la Comisión de Límites de la Convención de Derecho del Mar de la ONU, complica el escenario porque afecta considerablemente nuestros derechos soberanos no sólo en el territorio del Esequibo, sino en la fachada atlántica, que proyecta tanto la Zona en Reclamación como el Estado Delta Amacuro. Una Cancillería eficiente debería aprovechar esta coyuntura para inducir a Guyana a negociar. La defensa eficiente de nuestros derechos e intereses requiere el nombramiento de un funcionario a dedicación exclusiva, con un pequeño equipo de apoyo, para que no sólo pueda negociar bilateralmente con Guyana, en el marco del proceso de los “buenos oficios” del Secretario General de la ONU, sino también hacer el necesario “lobby” entre los miembros de la Comisión de Límites de la ONU en Nueva York y con otros miembros influyentes de la comunidad internacional interesados en el tema, empezando por los países de la Comunidad del Caribe ( CARICOM). Recordemos a este respecto que la Comisión de Límites anunció pasar el análisis de la solicitud de Guyana y la posición contraria de Venezuela a una subcomisión, que todavía no ha sido nombrada. Por eso es irresponsable y evidencia además la escasez de personal profesional calificado en la Cancillería, que el Embajador Roy Chaderton, diplomático de carrera formado en tiempos de la República Civil , sea al mismo tiempo: “facilitador” por Venezuela en las negociaciones con Guyana y, por tanto, encargado del seguimiento del tema en la ONU, Embajador ante la OEA, representante de Venezuela en las negociaciones de paz en Colombia, negociador con EEUU para el mejoramiento de la relaciones diplomáticas con EEUU, además de diputado al PARLATINO y miembro del Consejo de Estado. Por lo menos los tres primeros cargos, deberían ser ejercidos por tres diferentes personas a dedicación exclusiva.

El gobierno debería buscar un gran consenso nacional, a través de la consulta y el diálogo con los diversos actores nacionales, para negociar la solución satisfactoria y práctica de la controversia. Los venezolanos, en general, deberían unirse en la defensa de la soberanía nacional, no sólo en el Esequibo sino en la fachada atlántica del Delta del Orinoco.

http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/2810336.asp#.

*Observación: Al referirse a Guyana (República Cooperativa de Guyana) Venezuela solo reconoce su territorio al este del río Esequibo (Nota de Reconocimiento de la Cancillería al nuevo estado de Guyana del 26 de mayo de 1966: "En consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea media del río Esequibo, tomado éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico").

lunes, 18 de febrero de 2013

Todavía duele, duele...


Maduro, a pesar de su pasado de Canciller
 no se ocupa de la defensa y recuperacion del Esequibo

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Tomado de El Tiempo de Puerto la Cruz

Por Luis Chumaceiro
Lunes 18 de febrero de 2013

 Para los que no lo saben, la Península de Paria es uno de los más activos teatros de operaciones de los carteles de la droga

Desde Caracas.- Los prolegómenos de Carnaval anunciaban que estos serían entretenidos y emocionantes. El desfile de tránsfugas en la Asamblea Nacional fue premonitorio. Bastaba observar a tanto payaso quitándose la careta para adentrarnos en el ideario del “hombre nuevo” diseñado por la fuerza de las circunstancias y el poder del dinero. 


Para muestra un botón. El tal Núñez, ahora más rojo-rojito que Ramírez, encabezó la plancha de la oposición en las elecciones del 2010; y, en el 2012, fue su candidato a gobernador en mi pobre Estado Sucre. Después de su monumental salto de talanquera, comenzaron a circular con gran estruendo versiones de sus vinculaciones con militares cubiertos de soles y con los capos más poderosos de la zona, supuestos financistas de la política regional. 

Para los que no lo saben, la Península de Paria es uno de los más activos teatros de operaciones de los carteles de la droga, en este país sometido en que se practica abiertamente la narco-democracia. La pregunta obligada, ¿En la oposición nadie sabía nada de los “amigos” de Núñez cuando lo eligieron candidato? En defensa del noble diputado, sus exmentores y padrinos políticos tampoco son muy leales que se diga. 

No habíamos terminado de asimilar las “milagrosas conversiones” cuando nos llegó una reveladora noticia desde la tierra guayanesa que explica parcialmente por qué perdimos el Esequibo y la forma en que se ejerce el gobierno de las Farc en la frontera. Un peligroso grupo de “cobardes pemones”, cansados de tanto abuso, capturaron, desarmaron y amarraron a 43 “valientes efectivos” de la Fuerza Armada de Cliver Alcalá.

Felizmente, después de declararlo “enemigo número 1 del pueblo Pemón”, los indígenas aceptaron las disculpas y los liberaron con tal presteza que los héroes de la patria tuvieron tiempo de desfilar en los Carnavales de El Callao. De más está decir que tanto a Cliver como a sus subordinados les fue impuesta la orden 4 de Febrero por la velocidad con la que salieron corriendo de la zona. 

Este es un país de locos, vive todo el año en Carnaval y, cuando llega, nos ponemos serios. El viernes pre-carnestolendas se produjo la utopía roja-rojita, el sueño comunista se cumplió: “Todos estamos jodidos” porque anunciaron la primera devaluación del paquetazo del gobierno de facto de Maduro.

Según Giordani, la devaluación del “viernes rojo” fue para favorecer a los exportadores, lo que implica que el pobre hombre olvidó que ellos desmantelaron las industrias que podían exportar; y Maduro puso una cara de póker como diciendo: “Si se sorprendieron con mi paquetazo, esperen lo que les tengo para Semana Santa...” 

Para completar la faena, al día siguiente, el mundo amanecía con la noticia del retiro voluntario de Benedicto XVI. Parece que en uno de esos consistorios secretos a que nos tiene acostumbrados la Iglesia Católica, él se confesó “Me dijeron que iba a ser pastor de ovejas y terminé cuidando lobos...” Las primeras reacciones no se hicieron esperar; mientras VTV silenciaba la renuncia del Papa para que tan mala costumbre no se pusiera de moda, Villegas se pronunciaba desde el gobierno: “No aceptamos la decisión del Papa para sacar a nuestro Comandante del centro del universo.” Y Jaua no se quedó atrás: “La renuncia del Papa es una maniobra del Imperio para forzar la renuncia de nuestro Comandante.” 

Cuando uno es conspirador de nacimiento ve conspiraciones en cualquier parte. No les extrañe entonces que en este momento Carreño esté calculando con Diosdado: ¿Cuánto costará que el próximo Papa salte la talanquera? Y en plena octavita de Carnaval, en verdad, en verdad, os digo: Ojalá nos den la cuaresma para recuperarnos porque lo que viene es desabastecimiento e inflación además las sorpresas tan propias de estos tiempos de un Chávez sin habla, gracias a una bendita “cánula traqueal”.

http://eltiempo.com.ve/opinion/columnistas/todavia-duele-duele/80176

*Observación: Al referirse a Guyana (República Cooperativa de Guyana) Venezuela solo reconoce su territorio al este del río Esequibo (Nota de Reconocimiento de la Cancillería al nuevo estado de Guyana del 26 de mayo de 1966: "En consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea media del río Esequibo, tomado éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico").

domingo, 3 de febrero de 2013

Convención entre Su Majestad Británica y las Provincias Unidas de los Países Bajos relativamente a sus colonias (Londres, 13 de agosto de 1814)




En el nombre de la Santísima e individisible Trinidad.

Habiendo las Provincias Unidas de los Países Bajos recobrado su independencia por favor de la Divina Providencia y hallándose colocadas por la lealtad de la nación holandesa y las armas de las potencias aliadas bajo el gobierno de la de la ilustre casa de Orange; y deseando  S.M Británica entrar con el príncipe soberano de las Provincias Unidas de los Países Bajos relativamente a sus colonias de dichas provincias conquistadas durante la última guerra por las armas de S. Majestad, en arreglos propios á impulsar la prosperidad de dicho Estado, y suministrar al mismo tiempo una prueba constante de la amistad y de la adhesión de Su Majestad á la casa de Orange  y á la nación holandesa, las altas partes contratantes arriba mencionadas, igualmente animadas de los mismos sentimientos recíprocos de cordial benevolencia y de mutua adhesión han nombrado sus plenipotenciarios, á saber: Su Majestad el Rey del Reino Unido de la Gran Bretaña é Irlanda, al muy honorable Robert Stewart, vizconde Castlereagh, Consejero de Su dicha Majestad en su Concejo Privado, miembro de su Parlamento, coronel de milicias de Londonderry, Caballero de la muy noble Orden de la Jarretera, y su principal Secretario de Estado de negocios extranjeros, etc.; y su S.A.R. el Príncipe de Orange, Príncipe soberano de las Provincias Unidas de los Países Bajos, al señor Henry Fagel, su embajador extraordinario y plenipotenciario en la Corte de S.M Británica; quienes después de haber canjeado sus plenos poderes hallados en buena y debida forma, han convenido en los artículos siguientes:

ARTICULO I

Su Majestad Británica se compromete á restituir al Príncipe soberano de las Provincias Unidas de los Países Bajos, en el plazo que se fijara en seguida, las colonias, factorías y establecimientos de que Holanda estaba en posesión al principio de la última guerra, es decir, el 1° de enero de 1803 en los mares y continentes de América, África y Asia, con excepción del cabo de Buena Esperanza y los establecimientos de Demerara, Esequibo y Berbice, de los cuales las Altas partes contratantes se reservan el derecho a disponer por una convención suplementaria que se ajustará en seguida conforme á los intereses mútuos de ámbas partes, y en particular en relación con las estipulaciones contenidas en los artículos VI y IX del tratado de paz concluido entre Su Majestad Británica y Su Majestad Cristianísima el 30 de mayo de 1814.
ARTICULO II

Su Majestad Británica consiente en ceder en toda soberanía la isla Blanca, situada en los mares orientales al Príncipe soberano los Países Bajos, en cambio, el establecimiento de Cochin  y de sus dependencias en la costa de Malabar, la cual quedará en toda soberanía á su Majestad Británica.

 ARTICULO III

Las plazas y fuertes en las colonias y establecimientos que deben ser cedidos y cambiados por las dos Altas partes contratantes en virtud de los dos artículos precedentes, serán entregados en el mismo estado en que se hallen en el momento de la firma de la presente convención.

ARTICULO IV

Su Majestad Británica se compromete á hacer gozar á los súbditos de Su Alteza Real el Príncipe Soberano de las Provincias Unidas relativamente al comercio y á la seguridad de sus personas y propiedades en los límites de la soberanía británica en el continente de Indias, las mismas facilidades, privilegios y protección que se han concedido ó se concedieren a las naciones mas favorecidas.

Por su parte S.A.R. el Príncipe soberano no teniendo nada más a pecho que la perpetuidad de la paz entre la Corona de Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos, y queriendo en cuanto a él dependa, alejar desde ahora las relaciones de ámbos pueblos todo lo que pudiere algún día alterar la reciproca buena inteligencia, se compromete á no hacer ninguna obra de fortificación en los establecimientos que deben serle restituidos, y que se hallan situados en los límites de la soberanía británica en el continente de Indias y á no tener en tales establecimientos sino el número de tropas necesarias á la conservación del orden.

ARTICULO V

Las colonias, factorías y establecimientos que deben ser cedidos a S.A.R. el Príncipe de las Provincias Unidas de los Países Bajos por Su Majestad Británica, en los mares y continente de América, serán entregados en los tres meses siguientes á la ratificación de la presente convención.

ARTICULO VI

Queriendo las altas Partes contratantes relegar al más perfecto olvido las divisiones que han conmovido á Europa, declaran y prometen que en los países restituidos y cedidos por este tratado, ningún individuo de cualquier clase y condición que sea, podrá ser perseguido, inquietado ni molestado por ningún pretexto, ni a causa de su conducta u opinión política ó su adhesión y á alguna de las partes contratantes, ya a gobiernos que hayan dejada de existir, ó cualquiera otro motivo, a ménos que sea por deudas contraídas con terceros o por actos posteriores á este tratado.

ARTICULO VII

En todos los países que deben cambiar de amo, tanto en virtud de la presente convención cuanto a los arreglos que se hagan en consecuencia, se concederá á los habitantes naturales y extranjeros, sea cual fuere su condición y nacionalidad, un plazo de seis años á constar desde el canje de las ratificaciones, para disponer, si lo juzgan conveniente, de las propiedades adquiridas, ya antes, ya después de la última guerra y trasladarse al país que le plazca elegir.

ARTICULO VIII

Animado el Príncipe soberano de las Provincias Unidas de los Países Bajos del vivo deseo de cooperar con S.M. El Rey del Reino Unido de la Gran Bretaña é Irlanda, de la manera más eficaz, á alcanzar la completa abolición del tráfico de esclavos en la costa de África, y habiendo por su propia iniciativa publicado un decreto fechado á 15 de junio de 1814, disponiendo que ningún bajel ó buque destinado al comercio de esclavos, no se equipe ni salga de los puertos o plazas de sus estados, ó no se admitan en los fuertes ó posesiones de la costa de Guinea, y que ningún habitante de estas comarcas sea vendido ó exportado como esclavo se compromete además por este tratado á prohibir á todos sus súbditos de la manera más eficaz por las leyes más enérgicas que tomen parte cualquiera que sea en este trafico humano.

ARTICULO IX

La presente convención será ratificada y las ratificaciones se canjearán debidamente en Londres en el Plazo de tres semanas ó antes si fuere posible.

En fé de lo cual los plenipotenciarios suscritos, en virtud de  nuestros poderes respectivos, hemos firmado la presente convención y la hemos sellado con el sello de nuestras armas,

Hecho el Londres, á 13 de agosto de 1814.



(L.S) Castlereagh
(L.S) H. Fagel


PRIMER ARTICULO ADICIONAL

A fin de mejor proveer á la defensa y á la reunión de las Provincias Unidas con Holanda, así como con el objeto de asegurar a S.M Sueca, conforme al artículo IX del tratado de Paris, una compensación conveniente por los derechos que cedió en virtud de dicho artículo, compensación á la cual es entendido que Holanda quedará obligada después de dicha reunió á proveer conforme  á dichas estipulaciones, las Altas partes contratantes han convenido por el presente artículo en que Su Majestad Británica tome a su cargo los siguiente gastos:

1°-El pago de un millón de libras esterlinas á Suecia para pagar las demandas antedichas y á consecuencia de una convención concluida y firmada hoy á efecto con el plenipotenciario de Su Majestad Sueca, y de cuya convención se adjunta copia á los presentes artículos adicionales.

2°-La cantidad de dos millones de libras esterlinas destinadas a emplearse de acuerdo con el Príncipe soberano de las provincias Unidas de los Países Bajos  y a más de una suma igual que suministre este Príncipe para aumentar y fortificar la línea defensiva de los Países Bajos.

3°-A sufragar conjuntamente y en parte igual con Holanda todos los gastos ulteriores que se fijen y convengan de común acuerdo entre dichas Altas partes contratantes y sus aliados, con el objeto de consolidar y establecer finalmente de una manera satisfactoria la unión de los Países Bajos con Holanda, bajo la dominación de la Casa de Orange, no debiendo exceder de tres millones de libras esterlinas  la cuota parte que debe suministrar la Gran Bretaña.

En consideración de los compromisos arriba mencionados, el Príncipe soberano de las provincias Unidas de los Países Bajos, consiente en ceder toda soberanía a Su Majestad Británica, el Cabo de Buena Esperanza y los establecimientos de Demerara, Esequibo y Berbice, a condición sin embargo de que los súbditos de su dicha Alteza Real el príncipe soberano, propietarios de dichas colonias ó establecimientos, tengan la facultad (salvo los reglamentos en que se convenga después por convención suplementaria) de navegar y comerciar entre dichos establecimientos y los territorios de dicho príncipe soberano en Europa.

Las Altas partes contratantes han convenido también en que los buques de toda clase pertenecientes a Holanda, sean libremente admitidos en el Cabo de Buena Esperanza, para proveerse de víveres frescos y hacer las reparaciones que necesitaren, sin tener por ello que pagar otros derechos que los exigidos a los súbditos ingleses.

SEGUNDO ARTÍCULO ADICIONAL

Necesitándose el pequeño distrito de Bernagore, situado cerca de la la ciudad de Calcuta, para asegurar su tranquilidad y el orden de esta ciudad, el príncipe de Oran ge, consiente en ceder a Su Majestad Británica, pagando ésta anualmente a Su Alteza Real la cantidad, que a juicio  de los comisionados que se nombren por una u otra parte, sea justa y razonable, teniendo cuenta de los beneficios o ingresos ordinariamente cobrados por el gobierno holandés en el distrito de que se trata.

TERCER ARTÍCULO ADICIONAL

Los presentes artículos adicionales tendrán la misma fuerza y valor que si hubiesen insertado palabra por palabra en la convención firmada hoy. Serán ratificadas y las ratificaciones se canjearán en el mismo tiempo y lugar.

En fé de lo cual nosotros los plenipotenciarios suscritos los hemos firmado y sellado con el sello de nuestras armas.

Hechos en Londres a 13 de agosto de 1814.


(L.S) Castlereagh
(L.S) H. Fagel