El Estado venezolano esta en la obligacion de mantener viva la reclamacion de nuestro territorio Esequibo |
Por Juan Martin Echeverria
Domingo 15 de septiembre de 2013
Lo que está en juego es la soberanía y no podemos aceptar el absurdo de que la revolución lo justifica todo.
Primero que todo está la nación, sus ciudadanos, historia y territorio. El planteamiento de fondo no puede ser de izquierda o derecha, tampoco socialista o capitalista y menos pro o anticubano; lo que priva es que en nuestra primera Constitución del año 1811, la Confederación de Provincias incluía a Guayana y el territorio Esequibo: eso lo ratifica repetidamente nuestra historia, luego y a pesar de lo negativo del Laudo de París de 1949, logramos una reactivación de nuestros legítimos derechos con el Acuerdo de Ginebra del año 1966, donde se negoció hábilmente con Gran Bretaña adelantándonos a la futura independencia de Guyana*; después se firma el Protocolo de Puerto España y se elaboró un plan de desarrollo integral de la Línea Esequiba, sin referirnos a lo que se enseña en las escuelas y los mapas, que destacan la zona en reclamación, aparte del indiscutible conocimiento que políticos y militares tienen sobre derechos que son inalienables.
Hay un antecedente esencial a tomar en cuenta en la actualidad, el año 1981 Cuba firmó un pacto con Guyana y mediante una declaración conjunta, los cancilleres señalaron que Cuba le reconoce a Guyana* la totalidad territorial, incluyendo la Guayana Esequiba y Zona en Reclamación. En este momento y ante la excesiva discreción del régimen sobre ese particular, pesa de manera decisiva por un lado el pragmatismo que cuida los votos del Caricom y por otro la excesiva influencia que Cuba mantiene sobre nuestros gobernantes, cuando lo que está en juego es la soberanía y no podemos aceptar el absurdo de que la revolución lo justifica todo, porque lo que debe defenderse es la integridad de la patria.
En derecho internacional existe un concepto denominado "estoppel", de acuerdo al cual la renuncia de un derecho o la aceptación del derecho del adversario, deja al descubierto al país en cuestión, por eso lo injustificable del silencio ante las numerosas acciones que Guyana* ha ido implementando al otorgar de manera ilegal derechos de exploración y explotación en áreas terrestres, fluviales y marítimas de la Guayana Esequiba, con especial referencia a la salida al Atlántico, que nos ubica en un horizonte que afecta nuestra territorialidad, reconocida desde el año 1811 como parte de la Provincia de Venezuela.
Por todo lo anterior ¡cuidado con el Esequibo!, ya que hay que mantener viva la reclamación, reactivar el objetivo del desarrollo conjunto en base a la evidente complementariedad de los dos países, y a la necesidad de proteger la plataforma continental, el tránsito marítimo de las empresas básicas y el patrullaje de la armada. El populismo puede decir de la boca para afuera muchas cosas, sin embargo está en la sagrada obligación de proteger las fronteras, el relanzamiento de la industria básica, que necesita de forma imperiosa un área segura y propia para el desplazamiento de la materia prima y elaborada, incluso nadie lo quiere decir en blanco y negro, pero se planteó y fue rechazado un proyecto de acuerdo que cedía parte de las pretensiones venezolanas, siempre que se reconociera nuestra soberanía en las dos márgenes del Orinoco.
*Observación: Al referirse a Guyana (República Cooperativa de Guyana) Venezuela solo reconoce su territorio al este del río Esequibo (Nota de Reconocimiento de la Cancillería al nuevo estado de Guyana del 26 de mayo de 1966: "En consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la media del río Esequibo, tomado éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico").
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