El Embajador de Guyana en Venezuela Odeen Ishmael invitó a Chávez en 2007 a dar un "paso al frente" abandonar la reclamación del Esequibo |
Tomado de El Universal.
Martes 27 de diciembre de 2011.
En febrero del 2007, el presidente Chávez afirmó, y desde entonces lo ha repetido en varias ocasiones, que la reactivación de la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo en 1962, por parte del gobierno de Rómulo Betancourt, fue producto de la presión de Estados Unidos, supuestamente interesados en desestabilizar el gobierno autónomo (pero todavía no independiente) del primer ministro de la entonces Guyana Británica, Cheddi Jagan, quien era un marxista -leninista confeso. El entonces embajador guyanés en Caracas, Odeen Ishmael., en una entrevista concedida a El Nacional, sustentándose, en esa declaración presidencial y en la supuesta hermandad entre los dos gobiernos "socialistas y antiimperialistas", afirmó que el presidente Chávez debería "dar un paso al frente para retirar el reclamo venezolano. La afirmación de que EEUU presionó a Venezuela para que reactivara su reclamación territorial, aunque incierta, podría tener una relativa credibilidad histórica.
Recordemos que en 1961, en plena "Guerra Fría", la Cuba castrista se pasó al bloque de la Unión Soviética y en abril de ese año se dio la fracasada invasión de Bahía de Cochinos. En el gobierno de EEUU, se desarrolló la llamada "no second Cuba policy", que se convirtió en el eje central de la política exterior norteamericana hacia la América Latina y el Caribe, durante la mayor parte de la década de los '60. En ese contexto, una Guyana independiente, con Jagan al poder, tenía, a los ojos de Washington, todas las características de una potencial "segunda Cuba". Por su parte, el gobierno de Betancourt se enfrentaba, en los primeros años de la década del '60, a un movimiento insurreccional, que era inspirado y financiado por Cuba, dentro de la tesis guevarista de la "exportación de la revolución".
En 1962, Betancourt, tuvo que sofocar dos sangrientos conatos de golpe de Estado, conocidos como el "Carupanazo" y el "Porteñazo", provocados por la infiltración de elementos "castristas" en las Fuerzas Armadas. La coincidencia de intereses entre Betancourt y el presidente Kennedy es evidente. Betancourt necesitaba el apoyo norteamericano para enfrentar tanto la insurrección izquierdista, como las conspiraciones de la derecha militarista, auspiciadas hasta su muerte, en mayo de 1961, por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. También, a nivel económico, Betancourt requería del apoyo norteamericano por la grave crisis, que se desató por una caída de los precios del petróleo. Para Kennedy, la democracia representativa venezolana era el modelo alternativo a la Cuba castrista en América Latina.
Un modelo para ser atractivo debe ser exitoso, por tanto gran parte de la política de Kennedy hacia la América Latina pasaba por el éxito del experimento democrático venezolano. En el marco de esta "special relationship", entre Kennedy y Betancourt, reafirmada en lo personal durante la visita de Kennedy a Caracas, a fines de 1961, no sería inconcebible la hipótesis de un acuerdo Betancourt-Kennedy de utilizar la reclamación venezolana para impedir el surgimiento de una "segunda Cuba" en el hemisferio. Para Venezuela no se trataba solamente de aprovechar una coyuntura histórica única, para recuperar el territorio perdido con el injusto laudo arbitral de 1899, sino de evitar el establecimiento de un régimen que, podría convertirse en una base de apoyo para un potencial foco guerrillero en el oriente del país.
Ahora bien, un acontecimiento, que tiene credibilidad histórica, no necesariamente es verdadero. Obviamente, el gobierno de Betancourt buscó y logró el apoyo de la administración Kennedy, por la mencionada coincidencia coyuntural de sus intereses, al respecto. Coincidencia, por cierto , que se terminó , después de la muerte de Kennedy, con la llegada al poder en 1964 de Burnham , que, en esos años, enfatizaba, hábilmente, su anticomunismo, para obtener el apoyo de EEUU y de la Gran Bretaña para sus aspiraciones. En efecto, con Burnham al poder, EEUU dejó de apoyar nuestra reclamación En realidad, la posición guyanesa es una absoluta falsedad histórica. La reactivación de la reclamación fue un proceso absolutamente autónomo, dentro del Gobierno venezolano, provocado por la inminencia de la independencia de Guyana. Además, es obvio por todo lo dicho que, siendo Guyana en 1962 una colonia británica, para evitar que, en el futuro Estado independiente, surgiese un gobierno filocomunista no fue necesario "utilizar" la reclamación venezolana, sólo bastó que el gobierno británico postergara la independencia hasta que Burnham y sus aliados anticomunistas ganaran las elecciones.
Más recientemente, el gobierno guyanés han reiterado el llamado del embajador Ishmael para que Venezuela abandone definitivamente la reclamación, sustentándose en las declaraciones del presidente Chávez, que, increíblemente, asume la posición de los grupos más chauvinistas del gobierno guyanés, deslegitimando políticamente la reclamación en sí, al afirmar que fue sólo un espurio instrumento de la Guerra Fría.
El presidente Chávez podría ser acusado de traición a la patria.
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