jueves, 23 de febrero de 2012

América Latina y el Caribe en el conflicto de Malvinas

Desde Argentina se critica el doble discurso de los países caribeños  sobre
el apoyo a Argentina en la recuperación de las Malvinas
Por Rosendo Fraga
Tomado de El Liberal.com.ar
Miércoles 22 de febrero de 2012

 Si bien el eje de la política argentina en el conflicto Malvinas es globalizarlo, América Latina y el Caribe siguen jugando un rol fundamental en su desarrollo. La denuncia argentina ante el Consejo de Seguridad de la UN de que el Reino Unido militariza y nucleariza el Atlántico Sur es la pieza central de esta estrategia. Pero contar con el apoyo activo de la región es una condición necesaria para el éxito de esta política de mundialización del conflicto. La VI Cumbre de Presidentes de las Américas que se realiza en abril en Cartagena (Colombia) tendrá lugar pocos días después de que la Presidenta argentina hable el 2 de ese mes al cumplirse el 30 aniversario del desembarco de las tropas argentinas en las islas. Ese día Cristina Kirchner hablará sobre el tema desde el sur del país (Tierra del Fuego o Antártida) y al mismo tiempo se impulsarán actos en las principales capitales del mundo, en los cuales será leído su mensaje. El tema será llevado en este contexto a la Cumbre de Cartagena. Como es lógico, son los países de la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba) los que más fuertemente apoyan la posición argentina sobre Malvinas, como se puso en evidencia en la XI Cumbre de Presidentes de este grupo, realizada en Caracas en los primeros días de febrero. Desde entonces, tanto Hugo Chávez como Fidel Castro hablaron en dos oportunidades cada uno, enfatizando su rechazo a la presencia británicas en las Malvinas. Este grupo regional adhirió a la decisión del Mercosur, apoyada también por Unasur, de no permitir que atraquen en sus puertos buques con la bandera de las islas Malvinas. 


A su vez, en el Mercosur se evidencia preocupación por la escalada que se va dando en este conflicto. El canciller uruguayo (Almagro) expresó su prevención por el cariz que está tomando la divergencia entre la Argentina y el Reino Unido en el Atlántico Sur y preocupación por la eventual llegada al Atlántico Sur de un submarino nuclear británico. El gobierno argentino habría reclamado porque dos misiones empresarias uruguayas viajaron a las islas después de la decisión del Mercosur de impedir que atraquen los buques con banderas de las islas. Una de ellas tuvo por misión asesorar a los isleños en la producción de lana, una de las actividades económicas más antiguas en las islas; la otra, analizar la posibilidad de exportar frutas y verduras, algo necesario para la alimentación de la población de Malvinas. Por su parte Brasil apoya la posición argentina pero sin enfatizarla. Por eso frente a la afirmación del canciller argentino (Timerman) de que los misiles británicos estacionados en Malvinas podrían atacar el sur de Brasil, el gobierno brasileño prefirió no opinar sobre la cuestión. 


Mientras el mayor de los hijos del Príncipe Carlos (Guillermo) realiza su entrenamiento como piloto militar en Malvinas, el segundo (Enrique) visitará Brasil el mes próximo, culminando una gira regional que lo llevará por tres países de la región que integran la Comunidad Británica de Naciones, al conmemorarse el 60 aniversario del Reinado de su abuela Isabel II: Belice en América Central, Jamaica en el Caribe y Guyana en América del Sur. Cabe recordar que el Reino Unido ha pasado a apoyar la pretensión de Brasil de ser el miembro permanente del Consejo de Seguridad de la UN si éste se amplía. 


El rol de Chile en este conflicto resulta clave, dado que desde este país se realiza el vuelo semanal hacia Malvinas que las abastece de alimentos frescos y transporta trabajadores. Prudentemente la Presidenta argentina en su discurso sobre el conflicto del 7 de febrero no anunció que la Argentina impediría el paso de dicho vuelo por su espacio aéreo, algo que hubiera genera una situación de tensión con Chile, ya que sólo podría mantener el vuelo volando al sur del territorio argentino, lo que implica un trayecto más largo, más costoso y eventualmente la utilización de otro tipo de aviones. La comunidad no británica más grande de las islas es la chilena, con aproximadamente 300 personas que trabajan en el sector servicios. Estos se manifestaron en la segunda semana de febrero contra la eventual suspensión de dicho vuelo. Legisladores del oficialismo chileno han dicho públicamente que el apoyo a Argentina no debe complicar la relación del país con el Reino Unido, que tradicionalmente ha sido muy buena. En las islas se teme que finalmente este vuelo se suspenda, dado que la línea área chilena que lo realiza entre el puerto de Punta Arenas y la capital de las islas tiene un tráfico muy grande en la Argentina. Analizan alternativas como realizar un vuelo desde Miami con alguna escala en América Latina. Dos veces por semana llega un vuelo militar que hace escala en la isla de Ascensión y su frecuencia podría ampliarse. 


Ya a fines del año pasado el gobierno británico decidió la construcción de un aeropuerto en la isla de Santa Elena, que permitiría los vuelos civiles entre Londres y Malvinas con escala en dicha isla. El primer ministro británico (Cameron), se comunicó con el presidente chileno (Piñera), para explicar su posición en el conflicto y en las próximas semanas, podrían visitar la capital chilena la Presidenta argentina y el canciller británico, evidenciando la importancia que Chile tiene en el conflicto. 


Los países del Caribe juegan un rol relevante en este conflicto, dado que tienen una cantidad de votos importante en la Celac y la OEA. El secretario general de este organismo internacional (el chileno Insulza) apoyó la denuncia argentina contra la militarización del Atlántico Sur por parte del Reino Unido. En la Cumbre de la Celac -que integran 33 países del continente con la sola excepción de EE.UU. y Canadá-, realizada en diciembre en Caracas, los países del Caribe -la mayoría de habla inglesa e integrantes de la Comunidad Británica de Naciones- reiteraron su apoyo al reclamo de soberanía argentina sobre las islas, coincidiendo con la posición de Unasur. 


Pero en enero, en la reunión del Caricom, la modificaron, pasando a apoyar el principio de autodeterminación de los isleños sostenido por Gran Bretaña. Tres de estos países que integran el Alba - San Vicente y Granadinas, Antigua y Barbuda, y Dominica- dos semanas atrás volvieron a apoyar la posición argentina, pero los dos últimos, reiteraron después su apoyo a la posición británica, profundizando su contradicción. Asimismo, 2 de los 12 integrantes de Unasur -Guyana y Surinam- en la reunión del Caricom pasaron a apoyar la posición británica. Sobre este escenario, es clave la postura que asuman en el Consejo de Seguridad, que tratará la denuncia argentina, los dos países latinoamericanos que lo integran como miembros no permanentes: Colombia y Guatemala, cuyos gobiernos tienden a alinearse con Washington -que ha rechazado la denuncia argentina de militarización- y cuya posición, si el conflicto sigue escalando, será cercana al Reino Unido como es tradicional. 


En conclusión: si bien el eje de la estrategia argentina en el conflicto Malvinas es “mundializarlo” con la denuncia ante el Consejo de Seguridad, la posición de la región es decisiva; el Mercosur apoya la posición argentina, pero el canciller uruguayo expresó preocupación por la escalada del conflicto y Brasil eludió opinar acerca de que los misiles de las islas podrían atacar su región sur; la situación de Chile es muy delicada, porque desde su territorio se realiza el vuelo semanal de carácter civil que abastece a las islas y mientras los países del Alba aparecen como el bloque regional más sólido detrás de Argentina, los países del Caribe muestran posiciones cambiantes y contradictorias.


http://www.elliberal.com.ar/ampliada.php?ID=31167

Observacion: Al referirse a Guyana (República Cooperativa de Guyana) Venezuela solo reconoce su territorio al este del río Esequibo ( Nota de Reconocimiento de la Cancillería al nuevo estado de Guyana del 26 de mayo de 1966: "En consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea media del río Esequibo, tomado éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico

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